Capítulo uno: La Damisela sin reino

«La distancia que los separaba de la cruda masacre cada vez era mayor. Cabalgaba sin descanso, alejándose de lo que antaño había sido su reino, sus tierras, su hogar…

Lo único que se podía ver eran unas lejanas columnas de humo negro donde horas antes había habido un Reino prospero y floreciente. El cual, de la noche a la mañana, se había convertido en escombros.

Ahora se encontraba perdida, vagaba buscando cobijo, algo que llevarse a la boca. Aunque el mayor peligro no era la hambruna o el dormir a la intemperie al alcance de bandidos y saqueadores. Incluso la caída de su reino era mero polvo en la montaña que estaba surgiendo en su interior.

La Dama los había abandonado.

Había dejado a su suerte a toda una nación sin importarle nada. Y ahora estaba sola.

Todas las creencias e ideales que había labrado durante toda su vida acababan de convertirse en una montaña de cenizas.

Ya no le importaba nada. Y, si no hubiese sido por su corcel Zor, habría sucumbido, y sin oponer resistencia, habría dejado que la muerte le diese su dulce abrazo llevándola hacia donde se encontraba su familia. Pero el caballo cabalgaba decidido, sin guía, como si se dirigiese a algún lugar que él solo conociese, algún lugar donde poder descansar.»

Damisela Delante  Damisela Lateral

Damisela Atras

Un saludo y hasta pronto!

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